Tras haberse cumplido el primer trimestre de 2024 y con el retraso trimestral habitual, se han publicado los datos sobre las transacciones cerradas para el cuarto trimestre de 2023, y por lo tanto para todo el año. A partir de esta información, podemos extraer un par de conclusiones que se alinean con las tendencias observados recientemente:
1. 2023 demostró ser un año sólido para el mercado inmobiliario, aunque no superó los records históricos de 2022. A pesar de experimentar una notable disminución del -18,0% en Marbella y una caída más modesta del -5,1% en Benahavis en el número de transacciones cerradas en el año en comparación con 2022, es importante destacar que 2023 aún trajo resultados positivos para ambos municipios. Estas caídas porcentuales pueden parecer sustanciales, pero se comparan con 2022, un año que estableció récords históricos para las operaciones cerradas en toda la zona.
2. La proporción de ventas de vivienda nueva ha permanecido relativamente estable. A pesar de las fluctuaciones, como se ilustra en el gráfico, el número promedio de ventas de unidades
nuevas como porcentaje del total de ventas ha rondado el 7,3% para Marbella y el 13,3% para Benahavis en la última década.
Estas cifras son significativamente menores que los picos del 45% y el 65% vistos durante el auge previo a la crisis de 2008. De hecho, el exceso de oferta de nuevas construcciones jugó un papel importante en esa crisis, con aproximadamente cinco veces más actividad de construcción en comparación con ahora, pero solo aproximadamente el 50% de las unidades recién construidas se estaban vendiendo. Los números actuales indican la madurez del mercado, una actividad de promoción más controlada, una mayor experiencia de los promotores y una escasez de terrenos disponibles en comparación con la abundancia vista en 2001.
En resumen, el mercado inmobiliario en la zona de la Costa del Sol continúa demostrando resistencia y un rendimiento positivo, impulsado por condiciones macroeconómicas prometedoras e inversiones en curso. Sin embargo, debemos reconocer las incertidumbres geopolíticas que han surgido en el primer trimestre de 2024, presentando un riesgo potencial para la estabilidad.